Mirtha Esther Vásquez Chuquilín
De abogada ambientalista y defensora de derechos humanos a primera ministra del Perú. Nacida en Cajamarca el 31 de marzo de 1975, Mirtha Vásquez es abogada por la Universidad Nacional de Cajamarca y posee una maestría en Gerencia Social por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Su trayectoria profesional ha estado profundamente ligada a la defensa de derechos humanos, justicia ambiental y fortalecimiento del Estado de Derecho.
Entre 2003 y 2019 trabajó como directora ejecutiva de Grufides, organización clave en la defensa del medio ambiente y los derechos de comunidades afectadas por la minería. También fue abogada de la Asociación Pro Derechos Humanos (Aprodeh), miembro de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos y docente en la Universidad Nacional de Cajamarca. Como columnista de Noticias SER, aportó análisis sobre política y sociedad.
En las elecciones parlamentarias extraordinarias de 2020 fue elegida congresista por Cajamarca con el Frente Amplio. Durante su labor legislativa se destacó por su firme oposición a la corrupción, su defensa de los pueblos indígenas y su impulso a la transparencia en el Congreso. Tras la crisis política de noviembre de 2020, asumió interinamente la presidencia del Congreso, convirtiéndose en una figura clave de transición democrática.
El 6 de octubre de 2021 fue nombrada presidenta del Consejo de Ministros por el entonces presidente Pedro Castillo, siendo la sexta mujer en asumir el cargo. Desde allí promovió un enfoque dialogante, con énfasis en los derechos humanos, la inclusión social y la reforma de la minería en favor del desarrollo sostenible. Su gestión fue reconocida por sectores académicos y sociales como un intento de institucionalizar el gobierno.
Renunció al cargo en enero de 2022 ante desacuerdos con el rumbo del Ejecutivo. Desde entonces, ha retomado su activismo como abogada, asesora y referente en temas de gobernanza y derechos ambientales, siendo una de las voces más respetadas en la política progresista peruana.
Mirtha Vásquez representa la fuerza de una ciudadanía activa y comprometida con la ética pública. Su paso por el Congreso y la PCM demostró que es posible gobernar con firmeza, principios y sensibilidad social, incluso en medio de crisis.